El alemán Pascal Ackermann (Bora-hansgrohe) ha escrito hoy una página de oro en la historia de la Clásica de Almería al convertirse en el primer corredor, en sus 33 años de andadura, capaz de ganar la prueba en dos ocasiones consecutivas. El velocista alemán, el segundo corredor más laureado (empatado con Sam Bennett y Primoz Roglič) de 2019 con 13 triunfos, arranca esta nueva campaña de la misma manera a como lo hizo en su exitoso curso anterior: inaugurando su plamarés en Roquetas de Mar.
Una vez más, ante la oposición de algunos de los mejores sprinters del pelotón internacional como Alexander Kristoff (UAE-Emirates), Elia Viviani (Cofidis), Clément Venturini (Ag2r-La Mondiale), Luka Mezgec (Mitchelton-Scott) o Danny van Poppel (Circus-Wanty Gobert), Ackermann supo rematar el gran trabajo que durante todo el día realizaron sus compañeros de equipo, que en ningún momento le perdieron la cara a la carrera e imprimieron, junto a otras escuadras con hombres rápidos, un ritmo frenético durante los 187 kilómetros de carrera.
El puerto de Roquetas de Mar acogía esta mañana la salida de la 33ª Clásica de Almería, una edición que comenzó marcada por el emotivo y respetuoso minuto de silencio que se guardó en memoria de María López, madre del director general de la prueba, José Manuel Muñoz, que falleció esta madrugada.
Joan Bou (Fundación Esukadi-Orbea), Ricardo Vilela (Burgos-BH), Sergio Román Martín (Caja Rural-RGA), Rasmus Quaade (Riwal Readynez) y Daniel Viegas (Kometa-Xstra) fueron los protagonistas de la escapada del día. Tras varios intentos infructuosos previos, el pelotón decidió dar su permiso a este quinteto al paso por la pancarta del kilómetro diez.
El gran grupo, en cualquier caso, no quería sustos y permitió que los cinco fugados alcanzaran una ventaja máxima de 3:15, a todas luces insuficiente para llegar siquiera a soñar con sorprender a los equipos con intereses en un sprint masivo que, liderados siempre por los Astana, UAE-Emirates y Bora-hansgrohe jugaron con la cabeza hasta dejar la aventura neutralizada dentro de los últimos 50 kilómetros.
Todavía había espacio para tratar de sorprender, pero esos mismos equipos, ayudados ya por los Mitchleton-Scott, imprimieron tal ritmo a la cabeza del pelotón que nadie pudo imprimir los vatios suficientes como para abrir un pequeño hueco.
El susto llegó con una caída a menos de 30 kilómetros de meta que no llegó a provocar un gran caos, aunque sí cortó a la parte trasera del pelotón, algo que consiguieron librar todos los grandes favoritos, que a esas alturas ya rodaban muy adelantados protegidos por sus lanzadores.
Así, ya en la recta final de la Avenida Juan Carlos I de Roquetas de Mar Pascal Ackermann (Bora-hansgrohe) fue el primero en lanzar el sprint. Lo hizo desde lejos y, por momentos, pareció que Alexander Kristoff (UAE-Emirates), que decidió esperar un poco más, podría remontar al alemán, pero el noruego se tuvo que conformar con la segunda plaza y, por lo tanto, sin estrenarse como ganador en suelo español. El campeón de Europa, Elia Viviani (Cofidis) acabó completando el podio en la tercera posición mientras que Juanjo Lobato (Fundación Euskadi-Orbea), último hombre-podio del pelotón nacional en la Clásica de Almería, volvió a ser el mejor español con su novena posición.
Con su victoria de hoy, Pascal Ackermann se convierte en el primer corredor en conseguir dos triunfos consecutivos en la Clásica de Almería e iguala a Massimo Strazzer, ganador en 1997 y 2002, como el corredor con más triunfos en la prueba andaluza en la que, como ya sucedió hace doce meses, ha inaugurado su palmarés de 2020.
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