Es uno de los pocos corredores cuyo palmarés contempla victorias de etapa en las tres grandes vueltas y, por supuesto, uno de los grandes sprinters de su generación. El alemán Marcel Kittel llegará el próximo día 17 de febrero al frente de un muy potente Katusha-Alpecin que lo dará todo para conseguir que su hombre rápido consiga el triunfo su segundo asalto a la Clásica de Almería después de aquel frustrado intento de 2012 que acabó con el triunfo del australiano Michael Matthews.
Después de un 2018 en el que el rubio corredor germano no terminó de brillar al nivel que nos tenía acostumbrados, este segundo curso en las filas del conjunto ruso –con licencia suiza– debe ver el regreso de Kittel a las primeras posiciones de forma habitual después del siempre necesario periodo de adaptación a un nuevo equipo.
Con 14 triunfos de etapa en el Tour de Francia, cuatro victorias parciales en el Giro de Italia y una en la Vuelta a España entre los 88 triunfos que contemplan su palmarés, estamos ante uno de los claros dominadores de las llegadas masivas de los últimos años.
Profesional desde 2007, su gran salto de calidad llegó en 2011, cuando entró a formar parte del Skil-Shimano neerlandés, con el que esa temporada acabó anotándose 18 victorias, un salto cualitativo enorme si tenemos en cuenta que en sus tres primeras temporadas en la elite había sumado cinco triunfos.
Desde que el frasco de las esencias se destapara en la tercera etapa del Tour de Langkawi de aquel año, Marcel Kittel ha tratado –y muchas veces conseguido– alzar los brazos en algunas de las mejores carreras del mundo, siendo especialmente abrumador su dominio del Scheldeprijs belga, donde se ha anotado cinco triunfos en siete participaciones.
Kittel será, pues, la punta de lanza de un Katusha-Alpecin que alineará un siete de enormes garantías en la única clásica de categoría .HC del calendario español. Junto al alemán estará también el británico Alex Dowsett, ex del Movistar español que llegó el pasado año a las filas del conjunto helvético y que destaca por su gran capacidad de rodador, lo que sin duda le convierte en un hombre clave a la hora de mantener la carrera controlada, una labor que en la primera parte de la prueba, la más accidentada en cuanto a complicaciones orográficas, también tendrá que recaer en el alemán Nils Politt, con un perfil más vueltómano que bien podría ser importante en esas cuestas iniciales.
El británico Harry Tanfield y el sudafricano Willie Smith serán los encargados de poner, además de juventud, un perfil más clasicómano a un tren que tendrá como lanzadores de lujo –y posibles segundas opciones ante un imprevisto del líder– al austriaco Marco Haller y al también alemán, portador de un muy ilustre apellido en esto de la velocidad final, Rick Zabel.
Así, se sigue conformando el pelotón que el próximo día 17 de febrero se jugará el triunfo en las calles de Roquetas de Mar, que acogerá por cuarta vez consecutiva el final de una Clásica de Almería en la que Katusha-Alpecin se suma a los ya confirmados Astana, CCC, Bora-Hansgrohe, Cofidis, Astana, Wanty-Gobert, Roompot-Charles, Vital Concept, Rally-UHC o a los equipos españoles de categoría World Tour y PCT como Movistar, Euskadi-Murias, Caja Rural-RGA y Burgos-BH.
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