Álex Aranburu pudo, al fin, dar el salto al World Tour en la complicada temporada 2020. El ganador del Circuito de Getxo (1.1) de 2018 y de una etapa en la Vuelta a Burgos (2.HC) en 2019 había dado sobradas muestras de estar preparado para afrontar el reto de entrar a formar parte de una de las plantillas más completas y potentes de la máxima categoría como es la del Astana-Premier Tech.

El corredor de Ezkio aterrizó en la escuadra kazaja sin galones de claro jefe de filas, pero, a la vez, sin ser un hombre llamado únicamente a ponerse al servicio de los grandes líderes del equipo. Así, el vasco dio muy buenas sensaciones en el corto arranque de temporada en el que, tras un buen Tour de la Provenza (2.Pro), donde fue quinto en la segunda etapa, se metió en la pelea por la Kuurne-Bruselas-Kuurne (1.Pro), donde consiguió un top20 que auguraba muy buenas cosas de cara a la campaña clasicómana belga.

Sin embargo, llegó el parón y hubo que volver a comenzar todo el trabajo desde cero. Cuarto en la primera etapa de la Vuelta a Burgos, carrera en la que volvió a la competición tras casi cuatro meses sin ponerse un dorsal, Aranburu viajó a Italia para echarse el peso del equipo sobre sus espaldas. Allí llegaron sus mejores días del año, destacando la segunda posición en el Gran Trittico Lombardo (1.Pro) antes de debutar a lo grande en todo un Monumento como la Milán-Sanremo (1.WT), donde fue séptimo superando a hombres de la talla del campeón olímpico, Greg Van Avermaet; el excampeón del mundo, Philippe Gilbert; el ganador del Tour de Francia, Tadej Pogačar o el vencedor de la Vuelta a Flandes, Mathieu van der Poel.

Todo ello, unido a su buen papel al servicio de los líderes del equipo en pruebas como la Tirreno-Adriático (2.WT) y la Vuelta a España (2.WT) han hecho que Álex Aranburu haya ganado muchos enteros dentro y fuera del equipo y, por lo tanto, sea merecedor de la condición de jefe de filas y uno de los grandes favoritos en la próxima edición de la Clásica de Almería, una carrera que, con la ayuda de un bloque muy sólido capaz de controlar la prueba, puede adaptarse perfectamente a sus condiciones.

Astana-Premier Tech desplazará a la prueba andaluza un equipo muy sólido en el que, además de Aranburu, destaca la presencia de Davide Martinelli, el velocista italiano que podría ser su baza en caso de que el vasco no tenga su mejor día.

Junto a ellos, Luis León Sánchez acudirá por décima ocasión en su carrera deportiva a la clásica almeriense, una carrera en la que consiguió ser cuarto en 2010, año en el que se vio superado por el vencedor de aquella edición, Theo Bos, así como por Mark Cavendish y Graeme Brown. Luisle vestirá en Almería su maillot de campeón de España y será, por capacidad y veteranía, uno de los hombres clave dentro de la estrategia del conjunto kazajo.

Ese mismo rol, el de aportar veteranía y capacidad de control, lo aportará Fabio Felline, un potente clasicómano que el pasado año de anotó el Memorial Marco Pantani (1.1). Junto a ellos, también formarán los jóvenes Yevgeniy Fedorov, neoprofesional que da el salto tras triunfar el pasado año en el Tour de Langkawi (2.Pro) y Stefan De Bond, el campeón de África de CRI que a sus 24 años ha aterrizado esta temporada en Astana procedente del NTT.

El siete de Astana lo completará una de las grandes incógnitas de esta temporada: Javier Romo. El campeón de España Sub-23 en 2020 da el salto no sólo al World Tour, sino al ciclismo, procedente del triatlón. A los 22 años y sin apenas referencias sobre sus capacidades y margen de evolución, Romo será, como hemos dicho, uno de los hombres a tener vigilados en la Clásica de Almería y el resto de la temporada 2021 para descubrir su auténtico potencial.

Astana-Premier Tech para la Clásica de Almería 2021
Luis León Sánchez (ESP)
Fabio Felline (ITA)
Álex Aranburu (ESP)
Davide Martinelli (ITA)
Yevgeniy Fedorov (KAZ)
Stefan De Bond (RSA)
Javier Romo (ESP)